La reapertura de las relaciones diplomáticas entre el régimen castrista y la presidencia de EEUU ha abierto un nuevo escenario de interés sobre el impacto que este nuevo escenario puede tener sobre la economía de ambos países, y de forma más concreta, sobre la diseñada por los hermanos Castro en los últimos 55 años bajo el modelo estalinista, que prohibe el ejercicio de los derechos de propiedad privada y otorga al Estado la planificación central.
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