El Gobierno cubano, desde que Raúl asumió el mando, llora por cuanto rincón del mundo encuentra a su paso para que lo acepten tal y como es: bien feo, repulsivo, totalitario, represor y dictatorial. El mundo democrático ha terminado por hacerle caso. Pero ahora el Gobierno de La Habana quiere más. Según su portavoz Rodolfo Reyes, los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU: "No deberían ser abanderados de la filosofía del cambio de régimen, un claro ataque a la libre determinación".
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